martes, 19 de abril de 2011

tu hermana

tu hermana está ahi ¿dónde está?. no sé en qué parte de Lima estará ella mientras yo estoy escribiendo esto. ni siquiera imagina que le escribo. dile a tu hermana qué tal. dile también a los años. que no son muchos. cuando la he visto no la imagino, pero sí la imagino cuando no la veo y a veces he cerrado los ojos y he visto la cara de tu hermana. y una sonrisa. el ceño fruncido alguna vez. el polito negro que usa y la mueca que también usa cuando le da la gana. yo quisiera celebrar el encuentro y le daría una botella con bastante licor para celebrar la imaginación y la constante locura. si pues, la hermana que tienes nos hermana. la hermana ana nana aná. que no es monja pero sí hermana. que sí es monga y no es mi hermana. sonríe tu hermana si le hago una broma y me alegra que ella sonría. tu hermana se ha parado sobre mi mesa de trabajo varias veces, con las medias de algodón negras y yo le he sacado las medias contra su voluntad para mirar sus pies descalzos. cuando lo he logrado me he quedado mirando y le he tocado los pies con suma delicadeza y he experimentado placer. táctil y epidérmico. tu hermana escapa de la mesa saltando y me deja acá las medias. yo las huelo profundamente y no huelen mal, tampoco bien. huelen al pie de tu hermana. déjame hablar con tu hermana otra vez, quiero saber si tu hermana está ahi, si sigue diciendo lo mismo, pensando lo mismo y creyendo lo mismo. lo mismo de mí. tu hermana no sabe pero dice. y es verdad lo que dice pero es mentira también. no me conoce tu hermana. no conozco a tu hermana. pero la he visto algunas veces. y supongo que en estos momentos, por alguna calle de Lima, en alguna casa de esta gran ciudad ella está, posiblemente sentada o parada, caminando, o de repente está echada durmiendo, escuchando esa canción que tanto le gusta o jugando. si lees esto, dile a tu hermana todo lo que acabo de escribir. cuéntaselo y déjale saber los detalles de este texto. porque tu hermana está ahí y yo estoy acá.