casi siempre, desde los quince años aproximadamente, he estado cerca al techo. bastaba con estirar mis brazos o con dar un leve salto, y podia tocar los techos con mis manos. los techos de mi cuarto, de la cocina, de la sala, en toda mi casa, ya habian sido tocados por mis dedos, por mi palma. y entonces, yendo a otros lugares, públicos o en casas de amigos, veía cuál era la posiblidad de que yo alcanzara el techo. a veces no bastaba con que yo lo piense. por ahi algun webon o alguna chica me dirian: "oye tú fácil alcanzas el techo, ¿no?". y yo me reia. en verdad, podia tolerar esa pregunta. pero la que nunca tolero ni toleraré, hasta ahora, es que me esten preguntando reiteradamente por mi estatura. "¿cuánto mides, ah?". como si existiera un afán generalizado por averiguar cuanto mido. por favor, YA!!. yo debido a mi educación, casi siempre respondo a las preguntas de manera adecuada y respetuosamente. pero a veces ya me cansa la cortesía. (soy un renegón). a pesar de todo, igual yo estiro mis brazos para tocar lo que esta sobre mi. a veces he dejado mi huella, como si fuera la mano sucia del chavo del ocho. y evidentemente, no puedo excusarme, en determinada situación se dan cuenta que no había otra persona que pueda alcanzar a esa altura, asi que me echan la culpa y yo asumo, riéndome como siempre. "te apuesto que hasta ahi no alcanzas", me dijo una vez una chica, y yo por quedar bien, le dije que sí. salté y toqué la columna del pasadizo de mi facultad. cierto, salté y alguna gente me miró pensando quizás en algun tipo de imbecilidad que yo podria padecer por estar saltando para tocar los techos. jaja. igual es, asi lo hice. en alguna otra ocasión, en las canchitas de basketball de la universidad me pidieron que saltara para tocar el aro de la canasta. no siempre llegaba, pero varias veces sí. aunque yo no soy muy deportista ni tampoco muy buen jugador de basket, mis saltos no eran tan malos. no siempre van a notarlo, pero estiro mis brazos para tocar las superficies que se encuentran a mi alcance con solo levantarlos. y las yemas de mis dedos han tocado muchos techos, muchas columnas, muchos marcos de puertas que parecerian inalcanzables para la mayoría. y es que hay que buscarle el lado amable (como diria el chompiras) a este asunto de ser muy alto. si bien de algo sirve, no siempre es del todo agradable. osea..., "por favor, bajame esos libros que estan ahi y nos los alcanzo". o sino "puedes acomodar ese cuadro que está movido", gracias.
también puedo cambiar focos, poner adornos, colgar piñatas, cargar bebitos y hacerlos tocar el foco y otras ventajas similares.