jueves, 22 de febrero de 2007

ignacio


Es difícil, pero Ignacio sigue ahí. Lo soporta, lo aguanta. Le dice que ya, que no se apure, que no lo apuren. Pero Ignacio igual, lleva una carga emocional poco manejable. Piensa, no sabe bien que hacer, necesita ayuda, un apoyo real y concreto.

Ignacio quiere salir del “stop and pause” en el que se ha metido.

Lo conocemos... “te queremos Ignacio. vamos a buscar que la gente colabore, para que puedas plasmar todas esas ideas brillantes”.

Ignacio llega cansado a su casa después de trabajar. Ignacio es pintor, pero no pinta nada. Ignacio tiene treinta y ocho años y lleva cinco viviendo en esta ciudad.

Todos lo saludan, se divierten con él. No lo admiran, pero lo consideran, saben que es bueno, bueno y nada más.

Ignacio está tristiz, que es una combinación gramática inventada de “triste“ y “feliz”... además responde con otra palabra inventada, cada vez que le preguntan como se siente, él responde: “malien”... que es una mezcla de “mal” y “bien”... esas expresiones las empezó a practicar con Carla, la chica que le gustaba, la mujer que lo hacía, que la hacía, con él.... Carla le respondía, yo estoy “bienal”, que es una combinación parecida, cambiando el orden de las sílabas. Ambos se respondían y se preguntaban mutuamente, a cada rato, se reían, se loqueaban, todo muy bien.

Carla ya no está ahora, entonces Ignacio siente que le falta su presencia, que la necesita, extraña las manos de ella sobre sus hombros.

Vamos a ver Ignacio. Ya viene la luz nuevamente, pero depende de ti. Tienes que poner “play” y si es posible “fast forward”. Esa es la forma.


"¿Y dónde está la otra fórmula?". Está usada y no funciona. Maldita sea.

1 comentario:

Languidstillness dijo...

Este es el futuro que temo...

solo que en vez de pintor, le ponemos escritor.

era escritor pero no escribia nada

cansado del stop and pause

AHHHHHHHHHHHHHHHHHH!

:'(