miércoles, 28 de marzo de 2012

de a dos

cuento hasta diez, diez como los dedos de tus pies. cuento hasta diez con los ojos cerrados y me pregunto por qué se ven cansados. los diez dedos de tus pies se ven doblados y cansados, malformados y manchados. si cuento hasta cinco, miro uno solo de tus piesitos y suspiro por unos segunditos. reviso los cinco dedos de tus pies con mi dedo índice, de manera escrupulosa y decido apretarlos con ayuda de mi dedo pulgar. puedo definir tus dedos como raros. si a través de las uñas pudieran hablar dirían lisuras quizás. son unos dedos malcriados, groseros y toscos. ahora voy a contar hasta dos y a la cuenta de dos voy a pisar tus dedos. una vez pisados de frente y de costado, intentaré desaparecerlos de mi vista. porque si existen unos aparatos llamados cortaúñas para recortar el tamaño y moldear las imperfecciones de las uñas yo voy a inventar el cortadedos, una herramienta en forma de alicate que me permita cercenar tus dedos, contando hasta veinte de repente porque los dedos de tus manos tampoco me gustan. gracias  

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