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sala comedor
Te has percatado de la hospitalidad que te brindan la sala y el comedor. Cuando realizas la visita a una casa, tocas el timbre, te atienden, te saludan, abren la puerta. Sale la persona, te extiende la mano o te da un beso. Tú respondes. Te dicen pase, tu entras, te piden que te pongas cómodo, te sientas a esperar mientras te pones a conversar un ratito con la persona que te atendió. Esta persona se va y tú te pones a esperar un momento indefinido, mientras que la casa te contempla como un objeto nuevo que ha venido a modificar el habitual paisaje de la sala y el comedor. Te encuentras en un sillón de la sala desde el cual puedes ver lo que hay allí y lo que está en el comedor. Ves la mesa, las sillas, los adornos, la lámpara, los cuadros. En la mesa de centro, donde casi llegan tus pies, ves los portarretratos con las fotos de la familia. Tú no sales ahí obviamente, pero estás siendo testigo de la historia familiar que se representa en la sala de una casa, de esta casa a la que has llegado a visitar a alguien. Casi siempre una sala y un comedor te brindan esta especie de hospitalidad. La comodidad del sofá y la disponibilidad de una mesa con un mantel impecable y las sillas todas ordenadas. Una mesa así en la que puede servirse un desayuno, un almuerzo o una cena. Deseas algo. Tú te sirves agua o gaseosa helada. Café no. Y la persona que tú esperabas no baja, pero tú igual estás ahí tranquilo sentado, mirando, contemplando, sintiendo el olor de la casa, escuchando sus ruidos y mirando sus paredes. Tus ojos encuentran la escalera y la observas fijamente. Te detienes varios segundos en ella, concentrado en los escalones, los pasos que tantas veces son utilizados en el día, en la noche. Esa escalera que por la madrugada, a oscuras, no es transitada por nadie. Un pasamanos fijo, a la mano derecha. Siempre la escalera te da una sensación de suspenso, de posible sorpresa. Quieres ver quien sube o con quien baja, quien se queda parado allí y, en último caso, quien se sienta en uno de los escalones, a pesar de existir sillones tan cómodos como en el que te encuentras sentado. "Hola, cómo estás!!! Oye disculpa la demora..."
3 comentarios:
oye sí es bravazooo
lasalacomedorrrrrrrrr
y a veces hay un SEPARADOR DE AMBIENTE
jajaja
las escaleras si insitan al suspenso.siempre lo he pensado ke lojo!
jejeje, a mi me hacen esperar como 3 horas en la sala comedor, asi que ya me la se de memoria
TANTO me hacen esperar que han puesto unas revista SELECCIONES en un mueble pa que no me aburra, jajajaja
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