relato

Es más fácil plantearlo como un relato. Darle nombre al personaje y empezar a contar. Esta vez Jorge no se ha bañado. Y se ha vestido para encontrarse con Marissa. Han quedado en verse esta tarde en el parque Fellini. No puede faltar otra vez, ya le ha fallado tres veces seguidas. Y Marissa no lo va a perdonar si le presenta una excusa más. Jorge llega al parque diez minutos antes de la hora acordada y siente que de pronto un cosquilleo recorre todo su cuerpo. Es una sensación de miedo y nerviosismo que lo inquieta. Se mira bien mientras espera y nota su jean limpio, la camisa planchada y las zapatillas nuevas. Se ha vestido bien aunque no ha pasado previamente por la ducha. No le interesa ello, además porque si se bañaba se iba a demorar mucho más y no quería llegar tarde a la cita con Marissa, dados los antecedentes que tiene. Por eso ahora, que espera bien sentado, está contento por haber llegado temprano. En el parque no se ve a mucha gente, sólo a un jardinero que riega las plantas, a un anciano que lee, o intenta leer, un periódico en la banca del frente y a dos niños que corren y se esconden detrás de los árboles. Ya es la hora del encuentro y Marissa aún no llega. Jorge piensa que es posible que ella se haya vengado y lo llame en cualquier momento a su celular para avisarle que ha tenido un contratiempo y no va a poder ir al parque. Pero esas son sólo suposiciones que sólo lo ponen más nervioso. Ella no es así, piensa. De pronto, siente una mano en el hombro y se voltea asustado. Era Marissa, que llegó despacio por detrás de Jorge con intención de sorprenderlo. Él se asusta y le dice que ha llegado tarde. Ella se sienta a su lado y le da un beso en la mejilla. Luego él le da un beso en la mejilla. Se quedan mirando sin hablar. Sonríe ella y él levemente hace una mueca imitando la sonrisa de Marissa. Parece fácil plantearlo como un relato. Darle nombre al personaje y empezar a contar. Pero Marissa no me ha dejado contar más.