mientras caminaba después del almuerzo para “bajar la comida” como se dice, iba mirando las tiendas, contemplando los edificios, observando a la gente. de pronto, una cara conocida se presenta en mi campo visual. me detengo y paso la voz. hola qué tal. a los tiempos, me dice. sí oye, cómo te ha ido, trabajas por acá. sí, manya. y qué haces, estás en un estudio, no. así es. qué chévere, yo estoy en una agencia, acá cerca, a la vuelta de la esquina. oye, entonces un día de éstos hay que quedar en almorzar, te parece. no, no me parece. por qué no. toma este encuentro como una casualidad, no vamos a volver a encontrarnos. además no me provoca almorzar contigo, no somos amigos, de qué hablaríamos. nos conocimos hace más de diez años, ya pasó el tiempo, ya pasaste tú. hay que ser sinceros, no tengo ganas de sentarme en una mesa a hablar contigo ni verte comer tampoco, recuerdo que tenías pocos modales, además. mi sinceridad te puede molestar, pero prefiero esto a prometerte algo que no se va a producir y que tampoco quiero que suceda. disfrutemos este encuentro casual que quedará solo en esto. no se te ocurra preguntar por correo electrónico o teléfono celular. nada. sigamos nuestros caminos bifurcados y adiós.
Crítica #902: LA GATA QUE SE COLÓ EN MI SHOW
Hace 2 horas.
2 comentarios:
asu mare... que sincero xD
q mala onda oe, muy poético lo del encuentro casual y lo de dejarlo ahí, pero asi a veces surgen buenas charlas y quizás amistades... a veces no, claro. Fácil no te cae bien, no te da buena espina, o te cayó mal la comida que estabas "bajando" o la flaca era horrible... jajaja.
beso
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