mientras escarbo con el dedo índice de mi mano izquierda la fosa nasal derecha de mi nariz, siento que me observas, con sigilo, para que no me de cuenta de que sigues atentamente con la mirada el procedimiento de limpieza que realizo a diario para despojarme de los mocos duros que se quedan pegados dentro de mi nariz y que por instantes molestan e incomodan mi paz diaria. no puedo evitar que te fijes en mi accionar y tampoco lo reprocho ni lo censuro. aunque debería sentir vergüenza por brindarte este espectáculo mocoso, siento que es inevitable. podrías cerrar los ojos para no mirar y que no te cause asco lo que hago, pero me percato varias veces de tu mirada, lo cual me lleva a pensar que te gusta chequear mi fervorosa sacada de mocos. quizás saque varios mocos a tu nombre o los reuna en una bandejita de plata para que los puedas comer.
Crítica #902: LA GATA QUE SE COLÓ EN MI SHOW
Hace 4 horas.
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