viernes, 25 de enero de 2008

el objeto

El objeto me espera. Siempre. Ahí en su sitio. No se mueve. Llego y lo saludo. Hola objeto. Sabe que cuando me acerco será bien tratado. Y es que soy fiel al objeto. Nos une un lazo fuerte. El objeto tiene un contenido. Está bien equipado. Y entonces se convierte en un objeto interesante. Me atrae hacía sí. Por tanto, es atractivo. Mi objeto con el objeto se ha transformado. Inicialmente, el objeto no me importaba, no le prestaba atención. Ahora el objeto me toma del cuello y me ubica. Yo cedo, sin dubitación alguna. El objeto manda. Tiene un poder casi absoluto. Yo no puedo objetar al objeto. Sería violentamente reprimido. Ajusticiado. Con el objeto no se puede jugar, a menos que sea por su propia iniciativa. Todo ello ocurre cuando llego, cuando me acerco a él, cuando voy a su sitio. El objeto hace un ruidito y me convoca. Yo respondo y ya estoy a su lado. Frente a él. Soy su objetivo. Soy el sujeto objetivo.

1 comentario:

Kinky Devil dijo...

me hace acordar a mi bunny!
pacazo callate no digas ke es mi bunny....hshshshs...