un momento, por favor

Un momento, por favor. Cuánto dura un momento. Cuánto dura un favor. Cuál es el tiempo máximo que se puede permitir para hacer un favor. El momento puede ser de cinco segundos como de veinte minutos, pero este momento es un espacio de tiempo intolerable. Te aprietan un botón de pausa inexistente. Te dicen que te esperes. Te amarran las manos y los pies mientras le rindes un tributo a la espera. Y lo haces como un favor, como una acción de generosidad. Esperar por favor no es un favor. Ni tampoco un feivor. Esperar un momento puede terminar siendo la espera de una situación especial o de una circunstancia particular. Yo espero un momento por favor. Un buen momento. Claro que no voy a esperar un mal momento y menos por favor. Luego de que me dicen un momento por favor, pienso en que otro sustantivo puedo utilizar para reemplazar “momento”. Un beso por favor, un aplauso por favor, un café por favor, un kilo de arroz por favor, un chiste gracioso por favor, un par de zapatillas negras por favor, una secretaria con minifalda y buenas piernas por favor, una canción de maria rita por favor, un perro que no ladre y no se orine en mi casa por favor, un polo negro con letras blancas con la frase clave por favor, un grito de alegría por favor, un poquito de locura dosificada por favor, un gol peruano que defina el partido por favor, una buena salsa a todo volumen por favor.

No puedo esperar más ese momento que dura un rato largo y tedioso. No puedo esperar un momento ni esperar el momento. El momento ya llegó y pasó, compuesto de unos varios momentos. Cuelgo.