¿te acuerdas? sí, claro que te acuerdas.
si te preguntaba cómo estabas, me decías que no estabas ni mal ni bien, estabas malien. y yo, siguiendo la corriente eléctrica a través de este creación divina que se llama teclado, te decía que yo no me sentía ni bien ni mal, estaba bienal. qué chistoso que era decir esto aunque no lo sea efectivamente. y entonces, al momento de decir chau, o de decir hola, era bienal o malien... todo malien, todo bienal...
más simple que esto, no existe nada... en verdad, estar malien y bienal durante el día, durante la tarde o durante toda la semana, es una oportunidad y es constante... yo sólo quería recordar que uno se puede sentir así de esa manera ambigua y decirlo, sentirlo y serlo, a la vez...
por como me siento hoy, por eso recordé y porque no es lo mismo sentirse bienal o malien, que sentirse bienalien, por ejemplo, o quizás sentirse malienal, es decir, ha llegado el momento de terminar esta poderosa redacción de malienidad, con el fin de otorgarle al público la bienalidad que merecen todos y cada uno de ellos en mancha e individualmente considerados.
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