lunes, 7 de septiembre de 2009

zapatillas


No has mirado bien a tus zapatillas. No las has valorado. Acaso no te has dado cuenta lo valiosas e importantes que son. Míralas un rato, aprécialas, aunque parezcan objetos inanimados, inertes, tienen un significado. Así con sus pasadores caídos, quizás con la suela medio despegada, las zapatillas sucias y olorosas están contigo. Te acompañan y te hacen sentir bien. Cómo no tomarles cariño, cómo no quererlas y tomarlas en cuenta al ponértelas un sábado para salir a pasear, a correr, a bailar. La comodidad que te brindan y el aspecto con el que te hacen lucir son invalorables, desde que las compraste hasta el día de hoy, tú las ves bonitas, ves que chéveres son y confirmas que no te equivocaste en la elección cuando las preferiste antes que a otras que también te gustaron pero que no te convencieron del todo. Me imagino que las miras ahora y que le pasas un trapito para limpiarle la punta. Cuando sales, te ves caminando con ellas y sonríes contento. Cuando cruzas las piernas, las vuelves a ver. Cuando por alguna circunstancia se desatan los pasadores y te agachas para amarrarlos y ajustarla bien. Y luego de la jornada, te sientas en la cama y te sacas la zapatilla, salen tus pies extenuados. De repente, sientes un aroma que se ha producido lógicamente por el sudor de tus pies al andar. Ya con tus pies descalzos sobre el piso, tomas una de tus zapatillas con las manos porque has notado una mancha, un rasguño y te da pena, como si se tratara de un daño ocasionado a tu zapatilla. La tienes en la mano, la miras como si la compadecieras, quizás te la acercas a la cara y hueles un poco su interior y a pesar de que huele mal, es tu olor y no te quejas del aroma que percibes. La vuelves a poner al suelo y juntas las dos las pones debajo de la cama o quizás las guardas en su sitio. A la espera de una nueva jornada, mientras tú te acuestas en tu cama, tus zapatillas reposan en donde tú las has dejado, con los pasadores que descansan echados a los lados ansiando volver a encontrarse unidos por un nudo feliz.

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