es fácil o debería ser fácil decirle adiós. o mejor dicho, botarlo cortésmente. te digo adiós, chau. no nos vemos. te despido, te echo, quiero que te vayas, vete. eso sin tener ningún vínculo contractual o si aún teniéndolo, no te importe. que te valga un carajo y sacar a alguien de tu vista, decirle que no venga más, porque no quieres sentir su presencia en el ambiente ni siquiera tener que mirar su estúpida cara por algún tiempo más. quieres que desaparezca. entonces no lo invitas a retirarse sino le dices simplemente: FUERA MIERDA!!... inventa todo tipo de excusas, justifica razones ilógicas y dale valor a un papel que te sirva de prueba, aunque no tenga ningún sentido y sea totalmente absurdo. invitar a alguien a que se vaya no parece ser algo complicado, porque por más sistemas creados por la humanidad para impedirlo, el comportamiento humano y las decisiones que se adoptan a diario son más fuertes y menos controlables y al parecer ningún conjunto de reglas o de normas pueden evitarlo. y si no lo evitan pues me parece que la sanción tampoco es una recompensa. no se soluciona nada. así que fueramierda no más. no es difícil notar que al señor de plomo no le afecta para nada "fueramierdear" a muchos de los que se presentan ante él para reclamarle. vete carajo, no estoy para ti, por lo tanto fuera mierda. no botes a alguien de manera educada, no sirve de nada. la fueramierdeada es mucho más efectiva, es radical, y claro, el que ejerce su poder de fueramierdear se siente superior, fuerte, invencible. la rigidez de su decisión es tan plena que no hay opción a cuestionarla.
siento de pronto que el maltrato es muy sutil a veces. no tienen que decir nada, no tienen que mirarte feo, simplemente tienen que ignorarte. convertirte en un fantasma, hacer que tu presencia real no se pueda ver, que aparezcas pero que tu existencia no tenga ningún efecto en el mundo circundante. o sea, el silencio, la evasiva, la negación, la elusión. el señor no está. no ha venido. no tiene tiempo, está ocupado, no existe para interactuar con usted, porque usted no existe. no puede verlo porque él no podrá verlo a usted. no podrá hablar con él pues no podrá escucharlo porque usted aquí no tiene voz, lo que diga, lo que piense, lo que crea lógico y justo no vale ni mierda, no importa un carajo. sin que se lo digan puedes sentir la fuerza, la presión, la intención malévola de ignorarte, de desplazarte y empujar tu ego al primer piso o al sótano donde se encuentra el archivo más oculto de todas tus penas y temores. y claro, la bronca que sientes está habitando el segundo o tercer piso de tu humanidad y se muere de ganas de salir, de ocuparse del exterior y simplemente utilizar un "fueramierda" con tanta intensidad, con tanta fuerza, que no sirva para botar, no para despedir, no para echar a alguien de un lugar, sino que te sirva para matar impunemente, que te pueda dar el placer supremo de vengar todo el maltrato silencioso y subrepticio que ha recaído sobre tí. y claro, recién en ese momento, recién ahi, puedas conocer el delicioso olor de la sangre del enemigo.
marco el anexo correspondiente por quinta vez y me contesta otra persona. me canso y bajo al primer piso. miro las caras pero ya sé que no me ven, o no me quieren ver. me invitan a subir al cuarto piso. toco la puerta. ahí están todos riéndose. entonces, corro, presiono el botón del ascensor y espero. voy a bajar otra vez al primer piso. ya estoy yendo de nuevo a buscar a los que me reinventaron como fantasma y aprieto los dos puños al caminar. acelero el paso, esta vez no habrá anexo que no me contesten. fueramierdearé sin piedad. váyase usted con todo cariño y con la venia de su señora madre, de sus queridas y recordadas tías y su inolvidable y cariñosa abuelita a la concha peluda de su reputa madre.
atentamente quedo de usted sin otro particular.
fantasma no seas loco
"y es que no se trata de perjudicarte, amiguito"
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