dicen que hay que respetar los espacios comunes. el baño es un espacio común. depende del punto de vista con que se mire. y también depende de a qué llamamos respeto. por ejemplo, si al entrar a un baño a orinar, no diriges correctamente el chorro de pichi hacia el water y ensucias el piso o los bordes de la taza, es una falta de respeto, de higiene y de consideración. porque el baño es común, es decir, será compartido por otras personas y es muy probable, casi seguro, que tú no hagas la limpieza de ese baño. si fuera un baño privado, pues definitivamente ahí puedes orinar en la ducha o cagar en el caño, no hay problema. pero no es el caso, así que no nos desviemos de la presente reflexión. otro ejemplo, de suma importancia también, se da cuando entras al baño no a orinar, sino a defecar, es decir, a evacuar los excrementos del vientre, a realizar deposiciones fecales, a excretar, o sea, a meterte un reverendo y soberano cague. al cumplir con esa incomparable necesidad fisiológica uno debe tener presente ciertas normas, siendo una de las primordiales, jalar la cadena para que el tubo del desagüe reciba los mojones que acabas de depositar. nadie quiere contemplar la caca ajena. es muy desagradable. tampoco debe uno dejar rastros del papel higiénico que utilizo para limpiarse pulcramente el trasero en el piso del baño, alrededor del tacho o dentro del water. es una muy desconsiderada demostración de asquerosidad e inmundicia. así también, uno debe procurar la eliminación de los olores emanados por los excrementos en el más breve plazo, para que la persona que llegue a utilizar el baño con posterioridad, no tenga que percibir forzosamente ese aroma hediento, ese perfume de caca que despide el baño por sus cuatro costados, debiendo aromatizar el lugar y ventilarlo con presteza. de esta manera, puedes demostrar cierto respeto por los espacios comunes y no ser tan descortés.
Crítica #902: LA GATA QUE SE COLÓ EN MI SHOW
Hace 2 horas.
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