miércoles, 7 de noviembre de 2007

agua mía

Ayer y hoy faltó el agua. Abriendo el caño el chorro no se hacía presente. El agua de la vida. El agua del mundo, que no es mía, pero que la necesito. No vale apropiarse del agua. Uno la usa y es suya, pero no es un objeto propio. He podido agenciarme de agua esta mañana, felizmente, gracias a un tanque. Pero no tengo agua, nunca la tuve, el agua se escurre, se desliza entre mis manos, sobre mi piel. No puedo tener agua en mis bolsillos, aunque pueda tener agua en una botella de plástico. Pero eso es otra cosa. Yo pienso que si hay agua, hay que usarla, sin importar nada más. El agua cubre una necesidad y la satisface. Entonces, qué pasa cuando en una situación específica el agua está, existe, se puede encontrar y disponer de ella. Y sin embargo, no se brinda. No se ofrece, no se otorga, no se da.

Ayer hubo un incendio gigantesco a pocos metros de mi casa. Los depósitos de la fábrica Vencedor se quemaron y formaron unas densas torres de humo negro. Muchas compañías de bomberos de la ciudad se desplazaron al lugar de los hechos, en la avenida Venezuela, para apagar el fuego. El fuego que invade, que no pide permiso, que avanza y arrasa. Lo que toca lo hace arder. Y ardió tanto la fábrica y durante tantas horas, que destruyó todo lo que pudo. El problema para apagar el fuego es que justamente el agua es la que puede apagar el fuego. El agua de la vida, el agua que no es mía y que existe. Pero los bomberos apenas y alcanzan el derecho al agua, la posibilidad del chorro que extinga la incandescencia de las llamas. Y el fuego no es lo único que arde, sino también la nula acción solidaria frente a un siniestro. Dos fábricas ubicadas frente al local de Vencedor no quisieron proporcionar el agua que tenían almacenada en sus instalaciones para que los bomberos pudieran cumplir su trabajo. Ellos dijeron, el agua es mía, no entendieron ni entienden que el agua es un bien valioso mientras se pueda utilizar para obtener beneficios concretos. Apagar un incendio con el agua, si la hay, como fue el caso de ayer, era una necesidad impostergable... una emergencia carajo!!!. Pero la negativa, la mezquindad, la maldad y la irresponsabilidad, se manifestaron ayer de una manera tan grande. Y todo ello, porque "no te quiero dar mi agua, pe!!". Bestias.

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