Veo que me llevan y no puedo hacer nada al respecto.
Me llevan, me desplazan, me mueven de mi estado de quietud.
Me dicen sube, me dicen ven acá.
Voy con él, con ella, con ellos. Voy siendo llevado.
Tengo que ir hacia allá y como me puedes llevar, permito el desplazamiento libremente.
Me vuelves a llevar, me llevas.
Yo no me muevo solo, me mueve la fuerza exterior,
la voluntad de otros, la decisión ajena.
Ahora que me llevan y que voy pensando en esta repetida escena de movimiento y traslado, me digo que no me he llevado de la manera apropiada, ¿no?.
No me he llevado nunca, ello porque siempre me llevan.
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