el cuerpo es bello

El cuerpo es bello. Mientras me corto las uñas de los pies, me acaricio los dedos, los toco, constato su existencia. Los veo, los siento, se que están. Y me preocupo, me consterno, me asusto, si se diera el caso en que no existieran o no estuvieran, qué feo sería. Por un accidente o por alguna otra lamentable situación, perder un dedo del pie, qué terrible y qué doloroso además. Por eso, lo toco, veo mi pie completo, mis dedos con las uñas cortadas, la minúscula uña del dedo meñique, los pedazos de uñas cortadas desperdigadas sobre la toalla. Y todo lo aprecio, lo valoro. Aprecio uno a uno mis dedos, la constitución de mi pie, del empeine, de la planta, del talón. Luego, le echo talco a mi pie, me pongo la media, camino un rato asi, siento el piso, disfruto. Me pongo mis zapatos y me voy caminando con mis pies.