muy feliz el chico había logrado juntar plata para ir a la tienda a comprarse el reproductor mp3 que tanto había deseado tener. luego de comprárselo llegó a su casa feliz, lo conectó a su computadora y se puso a leer el manual. llenó el aparato con su música favorita, le puso los audífonos al mp3 y se los colocó en los oídos. salió de su casa más feliz que antes disfrutando de su nueva adquisición. puso una de las canciones que más le gustaban y empezó a subir el volumen. le pareció tan placentera la sensación de escuchar esa canción con el volumen alto que intentó subirle un poco más. lo hizo. y no paró, su dedo se pegó al botón del volumen del mp3. de pronto sintió que le ardía la oreja izquierda y le picaba la derecha. sintió frío y empezó a sentir que un líquido salía de su oído derecho. colocó su mano sobre su oreja para saber que era ese líquido, pero sin sacarse el audífono. en ese instante, el audífono salió disparado de su oído con una fuerza indescriptible, expulsando gran cantidad de sangre. aún así, el audífono seguía colocado en el oído izquierdo y sonaba la música bien chévere a un volumen excesivo. el chico vio la sangre que salió de su oído y esperó a que cesara de salir el chorro. se secó y al ver que la música seguía incontrolable, se sacó el audífono del oído izquierdo que aún le ardía. se metió la mano a la boca, se lamió un dedo, lo dejó con algo de saliva y se lo pasó por ambos oídos. puso el mp3 en el suelo y supo a partir de esta experiencia que jamás volvería a escuchar a ese grupo musical.
Crítica #902: LA GATA QUE SE COLÓ EN MI SHOW
Hace 2 horas.
1 comentario:
Sería una canción de Ricardo Arjona la que escuchaba. O sea que ahora cambiaste el sanguchote por una frase... como esa... En fin...
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